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Las horas iguales: horas modernas



La gnomónica europea de la Edad Media estaba inmovilizada en las horas desiguales canónicas, que como ya dijimos eran una cristianización de las horas romanas -y estas a su vez una latinización de las griegas-, cuando le llegó una gran novedad en el s. XIII copiada -como no- de los árabes: el gnomon de eje polar, o sea una varilla que se coloca paralela al eje terrestre. Esto permitió que a partir del s. XIV los cuadrantes solares marcaran otro tipo de horas, las horas iguales, en sus distintas variantes: horas modernas o europeas, horas itálicas, babilónicas, etc. Aunque los europeos medievales no lo conocieran, seguramente ya estaría concebido en tiempos de los griegos, y de ellos lo aprenderían los árabes. Esta adopción estuvo también condicionada o influida por la invención de los relojes mecánicos, encaminados a marcar cada vez con más precisión un tiempo de horas iguales y uniformes.

Todas estas clases de horas iguales tienen una cosa en común: la jornada diaria ya no está dividida en dos periodos distintos -día y noche- que varían de duración según la época del año, sino que ahora día y noche forman una sóla entidad de 24 horas que no cambia en función de los periodos de luz y oscuridad ni la época del año. Siempre son 24 horas de 60 minutos de la misma duración que las que marcan los relojes mecánicos, nunca duran ni más ni menos tiempo, como pasaba con la hora temporal que en verano era mucho más larga que en invierno. La única diferencia entre los diversos tipos de horas iguales es el punto fijado para el comienzo y el final del día. En las horas que tratamos aquí, las modernas, europeas o francesas, son horas verdaderas locales y el punto 0h del día se inicia en la medianoche; el mediodía en el punto Sur del meridiano local, y al llegar otra vez a la medianoche acaba el día y empieza el siguiente.

En los relojes de horas temporales el gnomón era una varilla o cono perpendicular al plano del cuadrante, y lo que marcaba era justo la punta del gnomon, así que el tamaño de este dependía del trazado horario del reloj, y viceversa, las dimensiones del gráfico horario dependían de la altura del gnomon. En la siguiente imagen vemos como ejemplo de cuadrante de horas temporales la reconstrucción que hicimos del calendario solar horizontal hispanomusulmán hallado en Córdoba, del s. X, en la que podemos ver cómo lo que marca es sólamente el extremo del gnomon cónico. En él puede verse que el Sol está transitando por el signo de Escorpio, y ya ha cruzado el final de la novena hora temporal y se acerca al primer momento de la oración islámica de la tarde:

Reloj mostrando el funcionamiento de un gnomon de punto indicador

Tanto la fotografía completa como su estudio y reconstrucción están disponibles a través de los menus de fondo negro de la zona alta de la web, igual que el de resto de las piezas andalusíes.

Con el estilo polar no sólo cambiaron los tipos de horarios y se modernizaron, sino que hubo más libertad para el artista, ya que lo que indicaba la hora no era el extremo de la varilla, sino que toda la longitud de la misma caía sobre la línea horaria, coincidiendo con ella. De esta forma, el tamaño del cuadrante ya no dependía del tamaño del gnomon, ni viceversa, lo que permitió mayor grado de imaginación e innovación en el diseño de relojes de sol, ampliando enormemente el campo de acción de la gnomónica. En la segunda imagen vemos como ejemplo de gnomon de eje polar -paralelo al eje del mundo- el funcionamiento de otro de nuestros relojes, también horizontal, pero esta vez de horas iguales modernas. Vemos que lo que marca es toda la sombra coincidiendo con la línea horaria, y no sólo la punta. Está indicando las dos de la tarde en punto de hora verdadera local de Córdoba.

Reloj mostrando el funcionamiento de un gnomon de eje polar

Más información sobre este reloj y otro ejemplo, esta vez de un cuadrante solar vertical meridional también de horas iguales europeas, pueden verse en esta página. Estas horas modernas son las que más se han usado en las construcciones de relojes de sol en los últimos siglos, y es el mejor horario que puede elegirse para un reloj de sol, en nuestra opinión, pues nos da la verdadera hora de nuestro lugar de residencia. En la siguiente página veremos las horas itálicas, y gráficos de diversos tipos de relojes de sol como ejemplos.



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