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Descripción general de los cuadrantes andalusíes



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CONSTANTES USADAS EN ESTA DESCRIPCIÓN

* Latitud de Córdoba usada en época andalusí: 38.5º
* Latitud de Córdoba usada en época actual: 37.88º
* Inclinación de la eclíptica usada en al-Ándalus: 23.85º
* Inclinación de la eclíptica en la actualidad: 23.44º


Hemos utilizado los datos empleados en el Medievo referidos a Córdoba, porque de una u otra forma casi todos los cuadrantes están construidos para esta latitud u otra muy similar. La latitud exacta de Córdoba parece que nunca se llegó a medir bien, y el valor de la oblicuidad de la eclíptica que usaban habitualmente era el de Ptolomeo.

Todas las piezas pertenecen al tipo de reloj solar horizontal de horas desiguales (también llamadas temporales, canónicas, estacionales, naturales, judaicas, antiguas, planetarias, etc.). Es decir, que estos instrumentos dividían la jornada diaria en 12 horas diurnas (que se contaban desde la salida hasta la puesta del sol) y 12 horas nocturnas (que se contaban desde la puesta de sol hasta su salida). Por ello las horas se llaman desiguales, porque variaban del invierno al verano según la cantidad de luz (más largas en verano y más cortas en invierno, siguiendo el ciclo natural de insolación) que recibe el lugar de ubicación. Observe el gráfico:

Gráfico de las horas desiguales

Como puede verse, el periodo nocturno ha sido dividido en cuatro sectores (como hacían los romanos) para evitar confusión al poner demasiados números, pero hemos de imaginar que cada uno de ellos se compone de tres horas, lo que nos da el total de doce que tiene la noche. La medida del ángulo horario empleado en la confección de estos instrumentos se obtiene dividiendo entre doce el arco diurno que recorre el sol sobre el horizonte, distinto cada día y por lo tanto variable a lo largo del año. Las horas de la noche normalmente son distintas en duración (excepto en los equinoccios) de las del día. Estas horas temporales se cuentan en estos relojes desde el final de la primera hasta el final de la undécima (un total de once, siendo la sexta la que corresponde al mediodía, o sea la línea meridiana). En el siguiente gráfico mostramos la figura general de estos instrumentos:

Esquema  básico del reloj andalusí de horas temporales

El esquema básico se copió de los antiguos gnomones griegos del s. V a.C., y para construirlos sólo se disponía de dos opciones: se podían utilizar tablas preparadas de antemano, o bien usar el método geométrico del analema de Vitruvio.

Las tablas (زـِـيج / zîÿ -sing.-) solían contener coordenadas radiales o angulares (acimutes y distancias de sombra) de las intersecciones de las rectas horarias con las hipérbolas solsticiales, para un conjunto de latitudes. Como hemos mencionado, no tenemos referencia de ninguna tabla de época andalusí compuesta para hacer relojes de sol, pero esto no es suficiente motivo para descartar por completo su existencia. Sí sabemos, en cambio, que el Calendario de Córdoba, escrito a mediados del s. X, incluye más de una veintena de valores de la altura meridiana para Córdoba y las consecuentes medidas de las sombras provocadas por un gnomon, así como la duración en horas del día y la noche para el año completo, y datos sobre valores crepusculares. Esta información servía para conocer los instantes de los rezos islámicos, pero su existencia nos hace pensar que no es imposible que hubiera tablas preparadas ex profeso para hacer relojes, aunque ninguna de ellas haya llegado hasta nosotros. Las únicas conocidas llegaron a al-Ándalus en época muy tardía, de manos del astrónomo y matemático Muhammad ibn ar-Raqqâm (مـُحـَمّــَد بن الرَّـقـَّام) en el s. XIV.

Gráfico mostrando una simplificación del analema de Vitruvio

Respecto al analema de Vitruvio, consiste en un trazado geométrico, una proyección ortogonal (perpendicular) del camino del sol en el plano meridiano de un lugar, tomando para la inclinación del eje terrestre el ángulo de la latitud, y determinado en las diversas estaciones. Obtenido el semicírculo estival y el invernal con los respectivos semiarcos diurnos, ambos se abaten sobre el plano para conseguir las horas; para obtener las declinaciones se usaba el círculo llamado "menaeos". Antiguamente, conocer el analema era sinónimo de saber construir cuadrantes solares. El siguiente gráfico muestra una simplificación del analema, proyectado en perspectiva sobre un cuadrante ya trazado:

Usando los datos de época andalusí, para Córdoba, el arco diurno en el solsticio de verano sería aproximadamente de 221º; el del solsticio invernal sería aproximadamente de 139º. Con los datos actuales para Córdoba, el arco diurno en el solsticio de verano está en torno a los 219º; el del solsticio de invierno está en torno a los 141º. En los equinoccios el arco diurno vale siempre 180º, coincidiendo entonces horas desiguales y horas iguales.

Todas las piezas están realizadas en mármol y presentan las dos hipérbolas correspondientes a los solsticios, pero sólo algunas tienen la recta para los equinoccios y el resto de líneas calendáricas. Los puntos cardinales también están marcados en algunos, y en varios se indicaron los signos zodiacales. La escritura es incisa en la mayoría de los casos, y pocas veces en relieve; predomina el estilo cúfico común, pero también se ha usado el cúfico florido y el nasj, y las letras árabes (notación Âbÿad o Âbuÿâd) equivalentes a las cifras romanas, para nombrar las horas, y que son más propias de otros instrumentos astronómicos, como los astrolabios.

FUNCIONES RELIGIOSAS DE LOS RELOJES
Epigrafías e inscripciones latinas, griegas, etc.
Grabados y tallas hebreas, árabes, sánscrito, japonés, tibetano, etc.

Si algo caracteriza a estos cuadrantes y los diferencia de otros relojes de horas temporales elaborados por otras culturas anteriores del Mediterráneo, eso es precisamente el uso religioso al que iban destinados, para cumplir con la necesidad vital del musulmán de realizar sus plegarias en los tiempos prescritos, y hacerlo además dirigiéndose hacia la Kaªbaä (كـَعـبـَة) en La Meca.

Para dirigir los rezos hacia La Meca (المَكـَّة), estos cuadrantes disponen de un arco que representa un nicho de oración (مِحْراَب / mihrâb), orientado aproximadamente a 45º al Sur del Este (lo correcto para Córdoba es 10º al Sur del Este), término medio entre el Sur y el Este, que parece que adoptaron como costumbre los constructores andalusíes, y que indica una falta de preocupación y rigor en la determinación de estos instantes de los rezos, a pesar de que esa dirección sagrada, la alquibla (الـقـِبْـلـَة / al-qiblaä), es importantísima en la vida del musulmán, ya que debe hacer las invocaciones guiado por ella siempre que pueda.

El .salâä (صـَلـَاة -la zalá en español-), que es como se llama la práctica que engloba estos rezos litúrgicos islámicos (tiene varios significados, entre ellos: "oración", "compasión", "bendición", etc.) se realiza en cinco periodos diarios regulares como mínimo, que es lo obligatorio (فـَرْض / far.d). El rito que regía el culto musulmán en los primeros tiempos de al-Ándalus fue el de Âwzâªîy, pero a partir del año 816 fue reemplazado por el mâlikîy (مـَالـِكِيّ / mâlikîy) que se convirtió en el oficial en las tierras andalusíes. Los cinco rezos obligatorios son los siguientes:

En una localidad con una latitud extrema, los días estivales llegan a prolongarse mucho, y entonces el crepúsculo puede permanecer entre el ocaso y la siguiente salida del sol. En estas condiciones los rezos de a.s-.Subh y al-ªixâ' han de establecerse según las indicaciones preestablecidas en el fiqh (derecho islámico).

De los cinco rezos obligatorios de los musulmanes, sólo dos pueden ser marcados por un reloj solar (en los otros momentos el sol se halla bajo el horizonte y no puede proyectar sombra). En los cuadrantes andalusíes solían poner tres momentos de oración, que se representaban mediante tres líneas curvas, y conciernen al rezo del mediodía (الطـُهـْر) y a dos momentos de la oración de la tarde (العـَصْر) respectivamente. Según el rito mâlikîy -que es el usado en estos cuadrantes- los instantes de las oraciones se precisan a partir del aumento de la medida mínima de la sombra proyectada por el gnomón al mediodía -método que fue ideado en el s. VIII-, norma basada en una formulación hindú que se relaciona sólo de modo aproximado con las horas temporales. Siendo M la medida de la varilla y M' la sombra mínima del mediodía, estos aumentos y sus valores finales son:

RITO MÂLIKÍ
ORACIÓN INCREMENTO VALOR FINAL
Momento de al-.zuhr: 1/4 de M M' + 1/4 M
Primer momento de al-ªa.sr: M M' + M
Segundo momento de al-ªa.sr: 2 M M' + 2 M

El siguiente gráfico ilustra la tabla anterior:

Gráfico mostrando los incrementos en las sombras para las oraciones islámicas

Epigrafías e inscripciones latinas, griegas, etc.

Aunque estos relojes se rigen por el rito mâlikí, queremos hacer notar un detalle, que parece haber pasado desapercibido en los estudios anteriores, y que seguro que habrán advertido los lectores más perspicaces: el primer momento de al-ªa.sr coincide con el momento de dicha oración para el rito xâfiªîy, y el segundo momento de al-ªa.sr coincide con el momento de dicha oración para el rito hanâfîy. Puesto que en estos dos ritos el momento de a.z-.Zuhr se determina en la meridiana sin necesidad de ninguna línea adicional, nos encontramos con que estos relojes servían a los fieles de las tres doctrinas teológicas, y no sólo a la mâlikîy.

El almuédano (المـُؤـَذـِّن / al-mu'addin) es el encargado de convocar desde el alminar a los fieles para la oración, y para conocer el momento exacto se sirve de un reloj de sol (سـَاعـَةُ شـَمْـسِـيّـَة / sâªatu xamsîyaä) o de un astrolabio (أسـْطـُرْلاـب / Âs.turlab), que solían estar en la mezquita (مـَسـْجـِد / masÿid) para tal fin. El gnomon es cónico y se instala en un orificio que pasa por una línea que representa el meridiano local del lugar de observación, la dirección Norte / Sur exacta y el mediodía solar real.

Sabemos por los manuscritos conservados que en al-Ándalus se conocían otros tipos de relojes de sol, pero hasta ahora no se han encontrado restos de ninguno de ellos. Los había cilíndricos, por ejemplo, y algunos otros modelos horizontales, como los llamados ballâ.ta, rujâma y xâmila.

Hasta aquí la descripción general de estos cuadrantes andalusíes. En las próximas páginas analizaremos en detalle las peculiaridades de cada una de las piezas arqueológicas supervivientes. Pulse abajo en el botón "siguiente" para continuar con la visita al mundo de la gnomónica omeya.



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